¡Alístate a las legiones!: Requisitos para ser un legionario romano.

Legionarios romanos alistamiento
¡Alístate a las legiones. El fisgón histórico ©2016

Requisitos para unirse a las legiones romanas en la época de Trajano (100 d.C.)

¿Te imaginas recorriendo las extensas fronteras del Imperio romano, conociendo culturas exóticas y viviendo grandes aventuras bajo las órdenes del emperador Trajano? En el año 100 d.C., pertenecer a las legiones romanas era todo un honor… y un desafío. A continuación, te presentamos los principales requisitos que debías cumplir para convertirte en soldado de una de las fuerzas militares más famosas de la historia.


1. Contar con la ciudadanía romana

Para ingresar de lleno en las legiones, la ciudadanía romana era un requisito imprescindible. ¿No eras ciudadano? Podías probar suerte en las cohortes auxiliares (si no eras esclavo, claro). Estas tropas de apoyo a menudo se reclutaban en las provincias o entre pueblos aliados, ofreciendo una oportunidad para quienes deseaban servir a Roma y, con el tiempo, obtener la ciudadanía.


2. Tener las “ganas” de entrar y aguantar 25 años de servicio

Las legiones romanas no eran aptas para cualquiera. El servicio mínimo era de 25 años, lo que equivalía a gran parte de la vida adulta en aquella época. Una vez finalizado este extenso periodo, si sobrevivías a campañas militares y duras condiciones, podías optar por hacer carrera política o disfrutar de los beneficios de la jubilación.


3. Ser alto (o al menos fuerte y con presencia)

Aunque no existía una norma inflexible, se esperaba que los reclutas midieran alrededor de 1,70 m. La estatura era una forma de asegurar que el soldado pudiera resistir la exigente disciplina y las duras marchas. Aun así, si destacabas por tu fuerza o habilidades de combate, se podían hacer excepciones y aceptarte a pesar de no llegar a esa estatura.


4. Contar con genitales masculinos

En la Roma de Trajano, la participación en las legiones estaba reservada a los hombres, lo que, desde la perspectiva de la época, implicaba tener pene y, preferentemente, ambos testículos. Por lo que las mujeres no podían servir como legionarias.


5. Mantener una excelente forma física

La fortaleza física era esencial. Un soldado romano debía poder marchar varios kilómetros al día, cargar con armamento pesado y estar listo para la batalla en cualquier momento. Si te faltaba un dedo fundamental —como el índice, necesario para empuñar armas—, te descartaban. Además, las pruebas médicas y la inspección corporal eran meticulosas.


6. Ser soltero

Los legionarios no podían contraer matrimonio mientras estaban en servicio activo. Sin embargo, esto no significaba renunciar al amor: la presencia de una pareja cercana al campamento era relativamente común, y al licenciarse, muchos soldados consolidaban su vida familiar sin restricciones legales.


Beneficios de la carrera militar en Roma

Pese a lo duro que resultaba el servicio, formar parte de las legiones ofrecía grandes recompensas. No solo obtenías un salario estable, sino que también tenías acceso a botines de guerra, pensión al retirarte e, incluso, la posibilidad de ascender socialmente. Algunos veteranos encontraban oportunidades en la política local o imperial, especialmente tras demostrar su valía en el campo de batalla.


¿Por qué unirse a las legiones en la época de Trajano?

Trajano, considerado uno de los mejores emperadores de Roma, expandió las fronteras del Imperio hacia la Dacia (actual Rumanía) y el Oriente Próximo. Sus campañas militares estaban llenas de oportunidades para ascender de rango y acumular riqueza. Por ello, muchos jóvenes ambiciosos veían en las legiones el camino hacia una vida mejor, repleta de aventura y prestigio.


Con estos requisitos claros, es fácil imaginar por qué la fama de las legiones romanas ha perdurado a lo largo de los siglos. Si en algún momento de tu vida has soñado con portar la armadura y el gladius, piensa si cumplirías las condiciones para alistarte… y reflexiona si realmente estarías dispuesto a enfrentar los desafíos que conllevaba defender las fronteras del Imperio más poderoso de la Antigüedad.


Fuentes consultadas

  • Legionario. El manual del soldado romano (no oficial), de Philip Matyszak (Akal, 2011).

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Juan de Aragón "El fisgón histórico"

Ilustrador, aficionado a la historia y curioso en general. He publicado un montón de libros de divulgación historia para los más jóvenes y cuento cosas que me interesan o me llaman la atención en esta web y en redes sociales.

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