El Faro de Alejandría, también conocido como la Torre de Faros, fue una de las estructuras más imponentes y admiradas del mundo antiguo. Construido entre los años 280 y 247 a.C. en la pequeña isla de Faros, frente a la ciudad de Alejandría, su propósito era guiar a los navegantes hacia el puerto de esta próspera ciudad egipcia, que era un importante centro de comercio y cultura.
Con una altura estimada entre 100 y 130 metros, fue una de las estructuras más altas construidas por el hombre durante siglos. El faro consistía en tres secciones principales: una base cuadrada, una torre octogonal en el medio y una parte superior cilíndrica, donde se mantenía una hoguera que servía de guía a los barcos. Según algunos relatos, un sistema de espejos podría haber reflejado la luz del sol durante el día y el fuego por la noche.
El faro se mantuvo en pie durante más de mil años, pero finalmente sucumbió a los terremotos que sacudieron la región entre los siglos XIV y XV. Aunque hoy en día no queda más que su recuerdo y algunas ruinas sumergidas, sigue siendo un símbolo de la ingeniería y el ingenio del mundo antiguo.