Unabomber: Ted Kaczynski y la crítica radical a la sociedad industrial
5 de julio de 2020
A lo largo de su mandato, Fidel Castro fue objeto de numerosas conspiraciones y atentados por parte de los Estados Unidos y otros enemigos, que deseaban derrocarlo debido a su influencia y a las políticas comunistas de Cuba. En total, se estima que fueron alrededor de 638 intentos de asesinato los que se planearon en su contra, muchos de los cuales involucraban métodos sumamente creativos y extravagantes. Aquí te dejo más detalles sobre algunos de estos intentos.
Castro era un apasionado del buceo, lo que le dio a la CIA una oportunidad para intentar matarlo. Se ideó un plan en el que Castro recibiría un traje de neopreno supuestamente diseñado para su afición acuática, pero este traje estaba impregnado con bacterias nocivas que causaban infecciones graves. El propósito era que, al ponérselo, Castro se infectara y muriera. Sin embargo, cuando el agente encargado de entregarle el traje lo hizo, por error, el traje no tenía las bacterias, sino que era simplemente un traje normal. Este fue uno de los intentos fallidos que no tuvo consecuencias.
En otro intento más elaborado, se ideó una caracola marina con una carga explosiva. La idea era colocarla en la zona de buceo habitual de Castro, con la esperanza de que, al tomarla, activara la carga y lo matara. Este plan fue parte de una serie de intentos en los que se usaron objetos aparentemente inofensivos para ocultar explosivos, con la esperanza de que Castro no sospechara nada. Afortunadamente, esta estrategia también fracasó, ya que nunca llegó a ejecutarse correctamente.
Uno de los intentos más intrincados involucró a una mujer, que era una ex amante de Castro. Ella fue reclutada por la CIA con el objetivo de envenenar a Castro mediante una píldora venenosa. Sin embargo, en un giro inesperado, la mujer intentó ocultar la píldora en un tarro de crema cosmética, pero por accidente, la píldora se disolvió en el interior del tarro y se volvió inservible. Este fue un ejemplo de cómo la planeación meticulosa a veces fracasaba por la torpeza o el azar de los involucrados.
Para intentar destruir la imagen de Castro, se ideó un plan para envenenarlo con talio, un veneno altamente tóxico, a través de unos zapatos o un cigarro. La idea era que al envenenarlo, Castro perdería su mítica barba, que era una de sus características más distintivas, y con ello sufriría un daño significativo en su imagen pública. La CIA pensó que la pérdida de su barba afectaría tanto su aspecto como su figura en la política cubana, pero este plan no llegó a tener éxito, pues nunca se logró envenenarlo de esta manera.
Los puros eran una de las grandes pasiones de Castro, y este hecho fue aprovechado para intentar matarlo. Se planeó entregarle un puro explosivo y otro venenoso en diferentes ocasiones, con la esperanza de que uno de ellos pudiera acabar con su vida. A pesar de los esfuerzos de los conspiradores, nunca se logró entregarle el puro adecuado, lo que dejó este plan en un rotundo fracaso.
Uno de los intentos más inusuales fue el que involucró LSD. El plan consistía en gasear a Castro con LSD en una estación de radio, de forma que, cuando el líder cubano hiciera su discurso, su comportamiento extraño hiciera creer a la población que había enloquecido. Este tipo de plan tiene una peculiaridad dentro de las tácticas de guerra psicológica, pues se intentaba afectar la percepción pública de Castro en lugar de matarlo físicamente. Afortunadamente, este intento también falló, y el plan nunca se ejecutó.
En una ocasión, se ideó un batido envenenado como una forma más directa de eliminar a Castro. La idea era que el batido fuera preparado con una píldora venenosa que, al disolverse en la bebida, causara su muerte. Sin embargo, la píldora se rompió dentro de la nevera donde estaba oculta, lo que impidió que el plan tuviera éxito. Este fue otro intento fallido que mostró lo lejos que llegaron los conspiradores para intentar eliminar al líder cubano.
En un último intento, se planeó enviar un grupo de hombres armados para desembarcar en una isla en la que se pensaba que Castro estaría presente. La idea era que estos hombres, al ser confundidos por la policía puertorriqueña con narcotraficantes, pudieran llevar a cabo la operación sin ser detenidos. Sin embargo, el barco que transportaba a los hombres fue detenido por la policía antes de llegar a su destino, lo que frustró este intento.
Estos intentos, a menudo ridículos y sin éxito, demuestran cómo la figura de Fidel Castro era vista como una amenaza tan grande que se usaron medidas extremas y creativas para intentar acabar con su vida. La impresionante cantidad de fallos demuestra la resistencia del líder cubano, quien, a pesar de todos estos intentos de asesinato, sobrevivió a numerosas amenazas durante su gobierno, consolidándose como una figura clave en la historia de Cuba y de la política internacional.
Ilustrador, aficionado a la historia y curioso en general. He publicado un montón de libros de divulgación historia para los más jóvenes y cuento cosas que me interesan o me llaman la atención en esta web y en redes sociales.
